2 de mayo de 2014

Lunes 28/04

Paula.
18 años.  Vivo en Florida Oeste, pegado al Partido de San Martín.
Primer año del Profesorado de Ingles.
Hincha de River.
Con el Rock en las Venas.  Viva la Patria.
Militante del Movimiento Evita.
Hija, hermana, prima, nieta, sobrina, ahijada.
Mujer.
Amiga, estudiante, militante, desempleada.
Persona.

El lunes pasado me levanté, me vestí, desayuné y me fui corriendo a tomar el colectivo porque se me hizo costumbre llegar tarde a la facultad y no me gusta que todos me vean entrando última al aula.  Sobre Constituyentes pasan dos bondis que me dejan cerca de la facu, el 111 y el 140.  Ese lunes me tomé el 111.
El bondi estaba hasta las bolas como para variar.  "2,70" le dije al chofer y me subí, me paré en el medio y me agarré del caño de arriba de todo (los beneficios de medir 1,70).  Para hacer el viaje más ameno me puse los auriculares, la idea adelantar la lectura de los apuntes de Teoría de la Educación, pero sin asiento era demasiado incómodo.  Sonaba Las Habladurías del Mundo, la banda soporte de La 25 la había tocado y me estaba acordando de eso.  Es mi tema preferido de Spinetta.
De repente siento que me tocan el culo.  Pero no me gusta ser paranoica.  Pudo ser que el tipo de atrás mío quiso agarrar algo del bolsillo y sin querer me tocó, no iba a armar un escándalo.

(Les juro por mi vida que casi una semana después de esto, mientras lo escribo, lloro.  Así que me limito a escribir y no ha contar como me sentí porque me repugna realmente.  Basura.  Ojalá se muera y sufra)

Pero pasó de nuevo y de nuevo.  Es una basureada, el que diga que es algo menor que venga a mi casa cualquier día que le entierro la zapatilla entre los dos ojos, no me importa.  ¿Sabés lo que se siente?  Te están tocando sin tu permiso como si fueras un cacho de carne a disposición de su voluntad.  Porque sos un objeto destinado al placer y la conformidad de un tipo que no te conoce, y encima, en un transporte público.
Entonces pensé en las dos opciones que tenía, que eran:
a) Callarme y bancarme esto anda a saber cuantas cuadras más.
b) Decirle algo.
Y como no soy una persona muy amiga de quedarme callada ante el atropello al más débil, opté por la segunda opción.
Me saqué los auriculares, me di vuelta y a cara de perro le dije "che flaco, me podés dejar de tocar el culo, estoy yendo a la facultad viejo".  Y me puse a llorar.
El tipo, indignadísimo, me trató de loca, me dijo algo y se calló.  Yo me puse los auriculares y con los ojos rojos y llenos de lágrimas seguí viaje.  Nadie me hace bajarme de un bondi si estoy yendo a la facultad.  (Aguante la vocación y la educación pública).  Para peor, la gente, el pueblo, los queridísimos compañeros de viaje, nadie, ningunx, ni unx le dijo algo, ni me dio una mano.  Nadie.  Es más, optaron por alejarse de mi, como si estuviera verdaderamente loca e inventando cosas un lunes a las 7.30 am.
Me bajé en el Hospital Tornú y las cuatro cuadras que tengo hasta la facultad las hice llorando.  Llegué a la facultad y dos de mis amigas me escucharon y me dieron una mano, me entendieron y me dieron la razón.  Eso me hizo creer que no toda la gente esté enferma.  El día siguió, volví a casa.  No es algo que me haya afectado, no estoy traumada.  ESTOY ENOJADA, INDIGNADA.

La gente se ha acostumbrado tanto a vivir rodeada de enfermos que se ha enfermado.  No te van a dar una mano, nunca, jamás.  La gente como yo está sola.

Y más que por eso, tengo miedo de que alguna vez.  No a mí, pero a cualquier chica, un tipo la agarre a la noche contra su voluntad y se la quiera llevar y nadie haga nada.  Tengo miedo de eso.  Porque yo sería la primera en saltar, siempre.  Pero el lunes pasado, tuve el infortunio de conocer y sentir en carne propia cuan enferma está la gente.
















Bueno, nada más y nada menos que eso.  Quería exteernalizarlo de algún modo, además que ya lo hablé con mis compañeras y amigas.  No infiere en mi vida, pero como dije, nunca permitiría que esto le pase a nadie, nunca.  Y no sé, si por alguna de esas alguien lee esta entrada y no piensa que soy una pelotuda y que tengo razón (porque nunca tuve tanta razón en mi vida) ojalá que cambie la cabeza y si es testigo de una situación similar, HAGA ALGO.

Y dejo también de paso esas imágenes de Acción Respeto.  Que me parece una campaña muy copada, cierta y que todos deberíamos tener en cuenta antes de salir a la calle. 

Besi, Pau.

3 comentarios:

  1. Anónimo3/6/14, 0:00

    ¿De casualidad no tendrás una gemela llamada Remy Lacroix?

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  2. Hola, soy Verónica, de Acción Respeto :)

    Te gustaría que publiquemos tu testimonio? Creo que te puede hacer sentir mejor y menos sola <3

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    1. Recién leo este comentario, muchas gracias por la buena onda. Después de seguir más de cerca la página me di cuenta que no estoy sola en esto. Un beso enorme, gracias!

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